Buena práctica en el ámbito internacional de cara a la igualdad y a la no discriminación

1) Introducción:

Para la 2ª práctica del curso del INAP "Fundamentos sobre Igualdad de trato y no discriminación" presento las bondades de un programa público de cooperación internacional promovido por el Gobierno de España y enfocado principalmente al tratamiento de la desigualdad social. 

Independientemente de que valga para superar un módulo, espero que lo que describo sea capaz de ilustrar la profunda discriminación hacia determinados colectivos y cómo para intentar solventarla -o aminorar sus consecuencias- caben medidas públicas innovadoras, sostenibles e incluso replicables según las circunstancias.

Me referiré a un programa de cooperación internacional desarrollado desde el 2005 y principalmente enfocado a la actuación en favor de la población vulnerable de los países de la región centroamericana para mejorar sus condiciones laborales y de vida. 

2) Ámbitos:

El Programa Regional Centroamericano de Formación Ocupacional e Inserción Laboral (FOIL) fue promovido por el Ministerio de Trabajo del Gobierno de España desde el 2005 a través de la Agencia de Cooperación Española-AECID en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y  República Dominicana. (http://www.oit.org/sanjose/programas-y-proyectos/formacion-orientacion-insercion-laboral/WCMS_179490/lang--es/index.htm)

Entre los colectivos sobre los que actuar se encontraban minorías étnicas (pueblos indígenas), migrantes, jóvenes y, por supuesto, mujeres.  

3) Impacto y resultados:

Para describir el impacto menciono sin cuantificar unos indicadores de Guatemala, país en el que comencé mi participación en el programa.

En 2005, ya a casi una década de haber firmado los acuerdos de paz, aún se producían asesinatos sobre minorías que hubieran pertenecido a la guerrilla -y más si eran miembros de alguno de los pueblos indígenas-. 

En las mujeres, la violencia sexual y doméstica no estaba penalizada. En los ámbitos urbanos, un elevado el número de familias monoparentales compuestas por mujeres con múltiples hijos tras ser abandonadas por sus sucesivas parejas, teniendo que elegir entre trabajar para el sustento familiar o el cuidado de hijos. Esto era caldo de cultivo para que los niños fueran acogidos por las "maras", que, a cambio de la extorsión a negocios, buses, etc. -e incluso el asesinato- y para sustento del grupo, les ofrecían esa protección que no tenían en sus familias de origen. Por supuesto, si abandonaban eran asesinados de modo ejemplarizante.

Otros niños, -no sé si para mejor o para peor- eran objeto de venta en los hoteles donde pudieran alojarse potenciales adquirientes  "yanquis", que aún en esas fechas no tenían del todo impedida su compra.

Si ya los niveles educativos de la población en general eran ínfimos (un maestro de escuela no superaba el de la equivalencia a la FP en España), el de los colectivos desfavorecidos ni qué decir tiene.

El abandono escolar en las clases desfavorecidas era promovido desde las propias familias cuyos hijos se trasladaban para trabajar a los once años a los cafetales u otros cultivos, muchos morían en los campos de trabajo. 

En las familias sin recursos de las urbes, la principal motivación de los jóvenes era u ocupar trabajos informales desde pequeños -como en los basureros- o pasar de ilegales a USA. 

El resumen del impacto que tuvo el programa fue, por un lado, la creación de una estructura de empleo y formación ocupacional que fuera perdurable en el tiempo, consensuada y coparticipada por todos los grupos de interés. 

Convoqué a políticos y representantes de administraciones y organizaciones de distintos ámbitos funcionales (educación, trabajo, municipalidades, patronal,...) y geográficos. La reunión más productiva fue un desayuno de trabajo con más de setenta representantes (alcaldes) de pueblos indígenas. Nadie antes se había reunido con ellos tras los acuerdos de paz, -por supuesto, habían sido masacrados durante la guerra- y los cuales me veían como un "rey mago". No hablando castellano y a través de sus traductores, solicitaban lo más básico. Algunas de las peticiones -que ahora punteo a modo de indicadores de resultados del programa para los ámbitos rurales- se podían traducir directamente en medidas de empleo /formación, otras requerían de otros agentes:

    • acceso viario a sus poblados (habían venido a caballo o andando hasta cuatro horas de camino), 
    • que sus campos se volvieran cultivables tras años de aplicación de insecticidas desde avionetas. Ídem, con el agua no potable
    • apoyo a sus mujeres para crear cooperativas de envasado y venta agrícola
    • agricultura ecológica
    • comercialización de telas muy cotizadas por un incipiente turismo
    • guías turísticos para aquellos que habían sido guerrilleros y que conocían perfectamente la selva, pues tras los acuerdos de paz habría un potencial turístico procedente de países como Japón y Alemania con elevado poder económico e interesados por ese turismo.
    • Aprender japonés y alemán. En el caso de éste último, las lenguas nativas, tienen declinaciones como el alemán, por lo que les resultaban más fáciles que el castellano
    • ocupación como centros de formación de aquellas que habían sido sus cárceles durante la guerra.
    • Otra formación programada, aunque no solicitada, era la de la igualdad de trato basada en los derechos humanos.

En los ámbitos urbanos se proyectó formación acorde con las necesidades del mercado lo que, en relación a los colectivos más desfavorecidos, se contemplaron -entre otros- los siguientes cursos de formación con elevada demanda:

    • Idiomas: castellano, inglés básico
    • conductores
    • construcción
    • cuidados personales y de la salud
    • energías renovables 

4) Puntos fuertes y debilidades:

Puntos fuertes:

    • La imagen y profesionalidad de la AECID  y de la Embajada
    • La inversión realizada,
    • El encaje en un proyecto regional (supranacional) y coordinado. Si fuera un solo país se corría el riesgo de decaer el proyecto
    • La existencia de un instituto de formación INTECAP con fuerte arraigo territorial y elevada profesionalidad, promovido por la patronal

Debilidades: 

    • Carencia de estructuras públicas que dieran soporte, los ministerios - y las municipalidades cambiaban de personal tanto como sus políticos.
    • Escasa motivación y profesionalidad en el funcionariado. 

Tras un primer año con las administraciones públicas -y aunque siguieran estas figurando como promotoras del proyecto- se buscó el encaje en el INTECAP.

Vistos los buenos resultados la OIT acaba asumiendo el programa para darle continuidad.


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